Tal como se describe en la Actividad 1, en la segunda fase, «Llevar el terreno al gabinete», hemos de proponer un contexto a partir del cual desarrollaremos el proyecto. Así no «exista».
Con lo que tenemos que focalizar el entorno (relevante y atractivo). Yo, personalmente, estoy mentalmente contextualizado por varios temas, por mencionar uno: las guerras y el daño a la niñez causada por estas, hoy vemos en los medios de «información» (o desinformación) y nos «mueve» y conmueve (creo yo) al mundo «entero». El contexto es mundial, y exageradamente manipulado. Pero podemos desplazar en el espacio y tiempo, lo que sucedió en España, hace unos años o hace 89 años. Bombas en trenes (11M-Madrid), bombas en ciudades (1936-Guernica). Población civil y no en «guerra».
Creo que ayer (16-03-2024) se ha movilizado la comunidad rusa en Barcelona, pidiendo la salida del actual presidente de ese país. Tengo más ejemplos de ciudadanos/amigos que tienen vergüenza ajena por los actos de sus gobernantes y/o líderes…
Si la mayoría de los ciudadanos del mundo no queremos ni pretendemos las guerras, como es que los mecanismos de poder nos llevan a ellas….
Así mismo reflexiono, ¿cómo es posible que cuando se gana un mundial de futbol o similar, se inundan las calles de personas para celebrarlo?….
El entorno de mi proyecto es cualquier lugar, cualquier escuela, cualquier universidad, cualquier hospital, en cualquier país, de cualquier religión.
Intervenir cualquier lugar, hacerlo participativo, viral, mental, arriesgado. Este proyecto tiene más componentes invisibles, a pesar de que la lógica te dice que está en todas partes. Y me viene a la memoria, la escultura invisible de Salvatore Garau(3). Donde pone a trabajar el pensamiento de quien contempla la «obra de arte».
Después de escribir los párrafos anteriores, me doy cuenta que es inmaterial o ubicuo mi contexto. Ello debe ser consecuencia de que aún no «materializo» lo que me afecta y lo que quiero afectar. Intuyo que algún comentario de las compañeras o de la profesora, me conducirá a concretizar.
Es cierto, que en determinado momento, he visualizado una escuela de parvulos, que desplazándola al contexto de guerra, me proporcionaría algo físico, material; y que los familiares que recogen a las niñas, pueden ser partícipes… Que se armaría un revuelo de dimensiones «infinitas» si mencionara que pretendo «simular» un escenario de guerra en ese lugar. Solo de pensarlo me violenta. No creo que logre el objetivo de sensibilizar y movilizar por la pacificación. Sino, todo lo contrario. Entraremos en la discusión si ello es arte, es manipulación, etc.
También he pensado acerca «del viaje del juguete perdido», donde visualizo niñas con armas de guerra jugando en el patio de la escuela. En el mundo imaginario de una niña en guerra, muy probablemente el «juego» es matar al enemigo. Cuando tenga 20, 30 años, ¿seguirá jugando?.
Seguimos.
Notas.-
(3) Hace unos meses se vendió una obra de arte (escultura invisible), que era un “espacio vacío” por unos 15.000 dólares[1]. La «técnica» utilizada no es la habitualmente usada por las distintas corrientes de expresión plástica. Que en su caso está enfocada en la creación subjetiva del pensamiento del espectador; en la que este es creador, protagonista último y contemplador de su propio pensamiento[2].
[1] Gómez Fuentes, Ángel. (01/06/2021 10:38h). “Un artista vende por 15.000 euros una escultura inmaterial, invisible, que no existe”. https://www.abc.es/cultura/arte/abci-artista-vende-15000-euros-escultura-inmaterial-invisible-no-existe-202105281941_video.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F, consultado 11-04-2023..
[2] La eliminación de la infraestructura y la aparatización que hace Garau, pone el foco en algo que nadie espera, pero que «todos» lo buscamos. Concentrando en ese metro cúbico millones de pensamientos y elaboraciones mentales de cada contemplador/a. Devolviendo a la atmósfera ese poder flotante, resistiendo e impidiendo a un único universo y punto de mira; donde las leyes de la perspectiva lineal existen pero que ni se ven pero sí se sienten.
Hola David, desconocía el caso de la escultura de Salvatore Garau y me parece muy interesante el hecho de que en ese marco donde se situa la escultura invisible se vea afectada por las lecturas, pensamientos de cada contexto y a la vez ese circulo afecta a su entorno, porque suscita reflexiones muy interesantes en cuanto al mundo del arte y los debates actuales.
Con referencia al tema elegido, me parece muy interesante pero a la vez desafiante. Has visto la entrada de Marina? ella va a tratar el tema de las guerras desde el género. La segunda opción que indicas de «juegos de niñas de guerra», quizás la puedas usar como base, con el objetivo de sensibilizar sobre la pacificación.
Saludos
Gracias Beatriz,
Así es Marina aborda el tema de las guerras desde otro ángulo. Le he contestado, pero no sé si se ha actualizado en el Ágora.
Los desplazamientos necesarios para contextualizar un ambiente de guerra en un lugar, por ejemplo, en un aeropuerto cualquiera, me puede generar «problemas»! En estos momentos estoy al otro lado del Atlántico, vuelo el sábado 23 a Barcelona, y como se tienen tantos tiempos «muertos», entre cambios de aviones y espera en los aeropuertos, se me ocurrió poder «escenificar» con muñecos puestos en el suelo y manchados de rojo…. que es lo que está pasando en los lugares donde están pasando o han pasado las guerras actuales.
Tengo otra preocupación, esto relacionado en lo que provocas lo que te provoca, es que con un vídeo que publiqué, personas de un «bando» me hicieron comentarios «positivos». Pero, esa no era, y no es mi intención. Ya que no me posiciono en un bando u otro. Yo me posiciono «contra» ambos! La industria de la guerra debe gestionar un porcentaje muy importande del PIB mundial, pero para acabar con la especie humana. ¿A quién le venderán sus armas cuando no hayan seres humanos en la tierra?.
saludos,
davidcastro